Parece que el Ayuntamiento de Barcelona no acierta con los caminos para ciegos colocados en las paradas de autobús que deben facilitar el acceso a las marquesinas. Desde que en 2009 se instalaron no han dejado de recibir quejas por su peligrosidad. Y, tras ser sustituidos hace pocos meses -una operación que costó 700.000 euros y que en total ya ha ascendido a dos millones de euros- ahora los usuarios denuncian que algunos de estos indicadores dirigen a la persona con discapacidad visual directamente hacia un árbol. El consistorio barcelonés asegura ser consciente de la problemática que ya está intentando subsanar. Y los afectados piden que el ayuntamiento escuche sus recomendaciones para evitar tener que hacer y deshacer costosas obras.
“Estamos un poco resignados a que las cosas se hagan mal”, explica a LaVanguardia.com Daniel Rubio, miembro de la Associació de Discapacitats Visuals de Catalunya. La resignación hace referencia a los problemas que están generando los caminos que señalan en el suelo las paradas de autobús a personas ciegas en Barcelona. Desde que en 2009 se instalaran estas Franjas de localización de detección (este es su nombre técnico) no han dejado de dar problemas.
Y tras ser reformados hace escasos meses, vuelven a recibir críticas. El presidente de la asociación, Manel Martí, reconoce que ha recibido varias quejas sobre los nuevos caminos porque dirigen directamente hacia un árbol, en lugar de hacerlo hacia la marquesina. Martí asegura que el planteamiento del camino es “erróneo” y lamenta que no se consulte a los usuarios sobre las obras que les atañen para evitar, así, tener que rehacer costosas obras. El presidente pide que se subsane el problema rápidamente para evitar caídas.
El Ajuntament de Barcelona reconoce la incidencia y afirma que se está detallando cuántas de las 1.400 paradas están afectadas. Pero una observación realizada por este diario hace pensar que podría haber un número importante de las 1.400 paradas afectadas ya que en un radio menor a 200 metros, de cinco caminos, tres cuentan con graves defectos.
El consistorio recalca que se está trabajando de forma coordinada con la ONCE para solucionar cuanto antes el problema. Y por su parte, este organismo, que se encarga de asesorar al Ajuntament sobre temas relacionados con personas con discapacidad visual reconoce que en cuanto detectaron la incidencia lo advirtieron al Ajuntament, cuenta Dolors Luna, jefa de la unidad de autonomía personal de la ONCE.
A pesar de ser la tercera reforma en cuatro años, desde la ONCE no califican el nuevo problema de los caminos de “error”, consideran que la mayoría de encaminamientos afectados se podrán arreglar y recalcan que el consistorio de la capital catalana es muy “receptivo” con las problemáticas que atañen a las personas con discapacidad en general.
Desde la Associació de Discapacitats visuals también reconoce que Barcelona es una de las ciudades más adaptadas para personas con graves problemas de vista pero lamentan que no escuche suficiente las propuestas de todos los afectados.
A parte de la indignación de los usuarios, varios ciudadanos consultados critican que ni los técnicos ni los ejecutores de la propia obra no se percataran de que estaban situando la señalización sobre un árbol, añadiendo así obstáculos. “Parece que quieran matar a las personas ciegas”, resume Jaume, que vive enfrente de una de las paradas afectadas, en la calle Villarroel con Buenos Aires.
Problema derivado del urbanismo
La Associació de Discapacitats Visuals reconoce la complicación de la construcción de los caminos porque muchas paradas de autobús de Barcelona tienen algún árbol u otro equipamiento en los alrededores que se puede convertir en un obstáculo. Consideran que la solución ideal, aunque complicada por su elevado coste, sería desplazar las paradas y piden que esta circunstancia se tenga en cuenta a la hora de diseñar futuras marquesinas. Y para intentar minimizar los problemas que puedan suponer la mala ubicación de los caminos reclaman que, por lo menos, los huecos del árbol tengan un bordillo que avise de la proximidad del mismo a la persona que lo usa.
Una reforma costosa que no acierta
Las franjas de localización de detección de paradas de autobús para personas ciegas se instalaron en 2009 y después de registrar centenares de incidencias porque el caucho del que estaban formadas se despegaba, el consistorio decidió, a finales de 2012, sustituirlos por otros de material duro. El coste inicial de la instalación de los caminos fue de 1,3 millones de euros y la operación de sustitución, en 2012, ascendió a 700.000 euros. Así, el Ayuntamiento lleva invertida en esta infraestructura cerca de dos millones de euros.
Información tomada de La Vanguardia
No hay comentarios: