Si los conductores de ciclomotores deben llevar casco, los ciclistas que se desplazan por la ciudad en vehículos más frágiles, también. Esta es la premisa de que el Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Tráfico (DGT) quiere aplicar el nuevo Reglamento General de Circulación, que obliga a los ciclistas a llevar este sistema de protección por vías urbanas para evitar lesiones graves en los accidentes.
La medida, incluida en el borrador de la reforma, ha cobrado fuerza y parece improbable que salte del redactado final. Además, se establecerá la obligatoriedad de ir siempre por la calzada en vías urbanas, salvo que en los lados haya un carril bici habilitado para estos vehículos de dos ruedas. El ministro Jorge Fernández Díaz defendió ayer estas novedades y anunció que pronto serán discutidas con los ayuntamientos y con la Federación Española de Municipios (FEM). La obligatoriedad de llevar casco tiene el rechazo de las asociaciones de ciclistas y también de la Ayuntamiento de Barcelona por el efecto negativo que puede llegar a tener en la movilidad en la ciudad.
En el último pleno municipal se aprobó una declaración institucional para rechazar esta posibilidad por el impacto que probablemente tenga en el servicio del Bicing, que, con 120.000 usuarios, genera más de 14 millones de desplazamientos al año. La nueva normativa de circulación obligará a llevar el casco cuando se circule por la calzada, pero no habrá llevar cuando el ciclista vaya por un carril bici habilitado sobre la acera, lo que ocurre en algunos de Barcelona. Teniendo en cuenta la actual red de carriles de la ciudad, los ciclistas lo tendrán bastante complicado si quieren evitar utilizar esta protección.
El reglamento condicionará los artículos referidos a la bicicleta de la ordenanza municipal de circulación que el Ayuntamiento de Barcelona prevé modificar y que no prevé esta posibilidad, aunque sí que se está analizando la idoneidad de liberar las aceras para uso exclusivo los peatones y obligar a las bicis a conducir por la calzada. Además, el Ayuntamiento presentó enmiendas al borrador entre las que figuraba que el uso del casco en vías urbanas sea "voluntario" y, en todo caso, "recomendable "pero no" obligatorio ".
El gobierno de la ciudad destaca especialmente el papel que el Bicing ha tenido y continúa teniendo en la promoción del uso de este vehículo en la capital catalana y advierte que si el casco es obligatorio, le restará muchos usuarios. La medida que pretende introducir la DGT tiene una exención que afectará a los ciclistas menores de 14 años, que, solos o acompañados, podrán ir por la acera. La intención es que este colectivo pueda circular por las calles de las ciudades con las mejores garantías de seguridad. Las principales entidades de ciclistas rechazan la obligatoriedad del casco.
Consideran que, aunque en algunos casos puede aportar un plus de seguridad, tampoco es la panacea para evitar lesiones, y temen que la implantación de esta medida acabe frenando el uso de estos vehículos, que en los últimos años ha tenido un crecimiento espectacular en ámbitos urbanos, con Barcelona como uno de los ejemplos más notorios. "Se están equivocando, quieren asociar bicicleta con peligro y no lo es", afirma Albert García, portavoz de Amigos de la Bici y de la Coordinadora Catalana de Usuarios de la Bicicleta.
"En las playas cada año mueren personas ahogadas y verdad que a nadie se le ocurre que sea obligatorio bañarse con flotador?", Se pregunta este activista de las dos ruedas sin motor. García apunta que el casco de los ciclistas, "aunque puede mejorar la seguridad en algunos accidentes, no es como el de los motoristas y en muchos casos no sirve para gran cosa, y así lo demuestran los estudios realizados en países como Holanda, donde la bici es un vehículo plenamente normalizado ". Y al final, continúa, este elemento protector puede ser un "impedimento" para el uso de la bicicleta. "Parece que la Administración quiere parar", lamenta.
En una línea similar, Joan Valls, presidente del Bicicleta Club de Catalunya (BACC), habla de la "falsa sensación de seguridad" que aporta el casco de los ciclistas. "No negaré que da un cierto punto de seguridad-admite-, pero la experiencia demuestra que allí donde es obligatorio no mejora la situación, como ha ocurrido en las carreteras españolas, y pasará lo mismo en las ciudades". Valles hace otra comparación referida al Bicing: "El casco en la bicicleta pública sería el mismo que el cinturón en los autobuses urbanos, e igual de inviable". El presidente del BACC recuerda que la mayoría de lesiones craneoencefálicas se dan a bordo de los vehículos motorizados, y no por ello la DGT ha planteado, por ejemplo, que los conductores de coches lleven casco, como si fueran pilotos de rallys. Valls cree que el Gobierno no tiene interés de verdad a proteger los ciclistas. "Si tuviera, se dedicaría a hacerlo antes de que puedan tener accidentes, y no es así, porque en toda la red estatal de carreteras, que suma miles de kilómetros, sólo hay 107 señales que advierten de la presencia de ciclistas" .
El BACC, Amigos de la Bici y la Coordinadora Catalana de Usuarios de la Bicicleta también rechazan la obligatoriedad de circular sólo por calzadas. "Es otra medida para frenar el uso de la bici-afirma Albert García-. Lo más normal es que se busquen los recorridos más seguros y combinar trayectos por carril bici, calzadas y aceras anchas, en todo caso, se trata de educar para el respeto a los peatones, porque, al final, todos somos peatones en un momento u otro ". Por su parte, Joan Valls exige precisión a la hora de hacer las normativas. "Podríamos aceptar que no se puede ir por la acera, pero antes hay que definir bien qué es una acera, El Portal del Ángel tiene aceras? Si se hace reparto de mercancías, me parece que no".
Información tomada de La Vanguardia
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