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jueves, 6 de febrero de 2014


Los catalanes quieren ir a 130 km/h

Una encuesta de Interior señala que ocho de cada diez personas quieren subir la velocidad en las autopistas | El estudio refleja una nueva demanda: que se obligue a correr menos en las carreteras secundarias

Una de las medidas de tráfico más discutidas en los últimos tiempos, la posibilidad de que algunos tramos de autopistas y autovías eleven el límite de velocidad a 130 km/h, extremo previsto en la nueva legislación española, tiene el refrendo de la mayoría de los catalanes, según indica la última Enquesta de Seguretat Pública de Catalunya. Los principales resultados en lo que a seguridad vial se refiere los va a presentar el conseller de Interior, Ramon Espadaler, hoy en el Parlament. Ocho de cada diez entrevistados consideran que, normalmente, en las vías de alta capacidad se puede circular con esos valores sin riesgo de accidente. Este resultado estaría en línea con las posiciones del Gobierno central, que ha defendido elevar el tope en los trayectos que reúnan condiciones adecuadas. En cambio, desde la Generalitat, aunque no se rechaza la medida, se han mostrado reservas sobre la conveniencia de que se aplique ahora, en que el parque de vehículos es muy viejo.

En una escala de 0 a 10, donde 0 significa que se está absolutamente en desacuerdo y 10 absolutamente de acuerdo, la mayoría de los encuestados dan valores entre 5 y 10, en total, el 84,9%, y por encima de 7 se coloca el 68,1%. Sólo el 15,1% desaprueba la medida puntuándola entre 0 y 4. La percepción de que circular a 130 km/h por autopistas no es peligroso es claramente mayoritaria entre los hombres, las personas de más de 25 años y los conductores. La nueva ley de Seguridad Vial abre la puerta a que determinados tramos de autopistas y autovías puedan admitir esa velocidad, siempre que la situación de la vía, principalmente por razones meteorológicas, lo aconsejen. De todos modos, el máximo genérico seguirá siendo de 120. También está previsto modificar el reglamento de circulación para que pueda hacerse el cambio.


Por el contrario, la encuesta indica que los límites de velocidad deberían bajarse en las carreteras secundarias, otra medida también prevista en las nuevas normativas de tráfico. La afirmación que se formula en este caso es que en estas vías se corre demasiado y, por tanto, debe disminuirse el máximo permitido.

Los resultados sobre esta última cuestión están más polarizados que en la anterior. La mayoría de las respuestas son favorables a esta rebaja (el 43,5% corresponde a 7 puntos o más), pero la minoría contraria es significativa (el 29,8% valora entre 0 y 4). La suma de los que son contrarios o dudan (los que ponen un 5 son el 17,5%) se acerca a la mitad de la población. Y entre estos últimos está la mayoría de los conducto- res. Las opiniones favorables a esta medida son particularmente intensas entre las mujeres, las personas de más de 40 años y las que no conducen.

En cuanto a las causas de los accidentes en carretera, el sondeo, que permite dar un máximo de dos respuestas abiertas, destaca tres, por este orden: exceso de velocidad (41,7% de las respuestas), consumo de alcohol o drogas (39,9%) y distracciones en general o falta de concentración (26,4%). Les siguen otras actitudes inapropiadas de los conductores, como la impaciencia, la negligencia o la agresividad (21,1%) y las distracciones relacionadas específicamente con los teléfonos móviles (11,5%).

En general, los catalanes consideran que la visibilidad de las patrullas de los Mossos d'Esquadra ha disminuido los últimos años. El 53,2% considera que es suficiente y el 3,2%, excesiva. En cambio, el 36,1% la ve insuficiente y el 2,5% cree que es inexistente. En consonancia con esta percepción, la encuesta indica que debería aumentarse la presencia policial en las carreteras para combatir la inseguridad vial. De las cinco actuaciones sugeridas, esta concentra el 26,9% de las respuestas. En segundo lugar está la necesidad de practicar más pruebas de alcoholemia (26,2%). Les siguen la difusión de más campañas de sensibilización (23,2%), la imposición de sanciones más duras (13,9%) y, en último lugar, la colocación de más radares (5,7%). El sondeo indica que, en términos generales, las mujeres muestran más confianza que los hombres en las multas.

El Departament d'Interior se ha leído con gran interés los resultados de la encuesta y, en especial, se ha detenido en el capítulo sobre la falta de presencia policial en las carreteras que los usuarios creen detectar. Todo hace pensar que eso provoque algún cambio en los dispositivos de los Mossos de Trànsit.

En otro apartado de la encuesta, se citan cuatro problemas y se pregunta por el grado de actuación de las administraciones para resolverlos. Los aspectos citados son la falta de uso de cinturón de seguridad por parte de los conductores o los acompañantes, la ingesta de alcohol por parte del conductor por encima de lo que permite la ley, circular superando el límite legal de velocidad y conducir hablando por el teléfono móvil sin usar sistemas de manos libres. En todos ellos, se considera que los poderes públicos deberían hacer algo más. Las demandas de rigor son superiores en Catalunya que en el conjunto de la Unión Europea en tres de los cuatro aspectos analizados en el estudio y en el cuarto (alcohol o drogas), coincide con la media comunitaria.


   El uso del teléfono móvil sin sistemas de manos libres es objeto de un análisis especial en la encuesta. El 59% de los europeos cree necesario que los gobiernos actúen más para combatir este problema. En Catalunya este porcentaje se dispara hasta el 73%. Si se consideran los estados comunitarios, sólo dos están por encima (Irlanda con el 73,9% y el Reino Unido con el 75,6%). La media española es del 58,1%, ligeramente por debajo de la de la Unión Europea.
Información tomada de LA VANGUARDIA 

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