Los mosquitos están en plena ebullición en el mes de abril, avisan los expertos, preocupados también por los riesgos para la salud pública que comporta la presencia sin control de estos insectos en el territorio.
Las alarmas se han disparado en el área de Barcelona después de que la Generalitat haya anunciado por sorpresa que no hará efectiva su aportación anual de 300.000 euros al Servei de Control de Mosquits del Baix Llobregat, organismo especializado en el control de plagas y que lleva en funcionamiento desde 1989 gracias a la financiación conjunta de los ayuntamientos y del Govern.
Casi un millón de personas se benefician de la actividad de un organismo que también da servicio al aeropuerto de Barcelona, que el año pasado transportó a más de 35 millones de pasajeros.
Por esa razón, el Consell Comarcal del Baix Llobregat ha exigido a la Generalitat una respuesta inmediata frente a una situación inédita que califica de "broma de mal gusto", instándole a que no se desentienda de la problemática y a que "busque recursos en otros departamentos".
La Generalitat se comprometió a seguir aportando a través del Pla Únic d'Obres i Serveis de Catalunya más de la mitad de los 550.000 euros destinados cada año a la campaña. Pero su negativa, notificada el pasado 26 de marzo y sin una propuesta alternativa, pone ahora en peligro las actuaciones más inmediatas del plan, que deberán ser asumidas por una veintena de ayuntamientos damnificados que hasta ahora aportaban un total de 247.000 euros. El resto de la partida es aportada por el aeropuerto de El Prat y el Port de Barcelona.
El freno de esas acciones "repercutiría en el día a día de las personas, en su calidad de vida básica", ha asegurado este miércoles en rueda de prensa el presidente del Consell Comarcal del Baix Llobregat, el socialista Joaquim Balsera, quien ha reclamado al Govern que establezca un sistema ordinario de financiación para las actuaciones previstas, ya que los ayuntamientos no están en disponibilidad de aportar dinero extra.
"No podemos estar cada año con que no encontramos dinero para servicios básicos que resultan esenciales para la ciudadanía, en cosas tan triviales como salir a pasear por el centro del pueblo por la tarde o por los caminos del Delta del Llobregat", ha lamentado Balsera, acompañado de alcaldes de diferentes municipios de la comarca del Baix Llobregat.
El alcalde de Sant Andreu de la Barca, el socialista Enric Llorca, médico de profesión, ha señalado que la situación supone un "retroceso a los años 50", por lo que se ha cuestionado "qué pasará si aparece una epidemia".
El tigre, el mosquito más agresivo
El servicio permite controlar la presencia de diferentes especies como el mosquito común, el mosquito tigre o el mosquito de las marismas. Sus responsables, Carles Aranda y Roger Eritja, han alertado este miércoles de que, sin mecanismos de control, las poblaciones de mosquito "volverían a los máximos que les permiten las condiciones climáticas, lo que comportaría un riesgo para la salud, ya que quedaría abierta la posibilidad de transmisión de enfermedades, como ha sucedido en Italia o en Francia con el dengue".
El mosquito tigre, bajo control tras años de expansión en Cataluña, es la especie que más preocupa a los expertos. Y es que pocas herramientas existen para plantar cara a los afilados y certeros aguijones de los mosquitos tigres. De nada sirven las técnicas clásicas en el control de los insectos.
La única manera de frenar una plaga cada vez más extendida -por el área metropolitana de Barcelona, fundamentalmente, pero también por Girona y Tarragona- pasa por evitar su reproducción.
Información tomada de EL MUNDO
No hay comentarios: