Nuestra participación en estas redes sociales siempre debe ser prudente con respeto a la divulgación de nuestros datos personales y la difusión de imágenes y comentarios sobre nuestra actividad cotidiana diaria. Todas las redes sociales tienen herramientas suficientes que permiten configurar en varios niveles de seguridad quién va a recibir esta información y quién no. Nuestro primer consejo es conocer adecuadamente dichas herramientas y configurar nuestros perfiles de modo que siempre tengamos controlado el alcance y audiencia de nuestros mensajes.
Pero es obvio que una de los principales alicientes de estas redes es poder contactar con gente cuyo conocimiento sería improbable en la vida cotidiana. Esta puerta abierta es un filón para la realización de prácticas delictivas por el anonimato que ofrece tras un perfil virtual o avatar. Algunas de las más comunes que llegan a nuestro despacho es la de haber recibido ofertas de empleo a cambio de un contacto personal de carácter sexual u ofertas comerciales que son puras estafas.
Ante una situación de este tipo, os recomendamos las siguientes acciones para frenar a estos delincuentes que aprovechan el anonimato que ofrece Internet:
■Evidentemente, nuestro primer consejo es cortar inmediatamente la comunicación con el individuo que está haciendo un ofrecimiento de este tipo y eliminarlo de nuestro grupo de contactos. Es inútil recriminar su comportamiento al presunto delincuente, suelen ser gente muy acostumbrada a recibir amenazas de todo tipo y el anonimato bajo el que se esconden les protege de sentirse realmente intimidados.
■En segundo lugar, se debe denunciar el perfil desde el que se ha recibido el acoso ante los responsables de la propia red social. Todas ellas disponen de un formulario de contacto y un protocolo de seguridad y actuación ante estos casos, por lo que simplemente habrá que informarles del perfil desde el que hemos recibido el acoso, amenaza u oferta delictiva y una prueba del diálogo donde se produjo.
■En tercer lugar, conviene poner en la situación en conocimiento del GIT, el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil. En su web podrás hacerlo de dos maneras:
- Comunicando una alerta sobre lo sucedido mediante un formulario de contacto;
- Realizando una pre-denuncia que luego habrá que refutar en una comisaría presencialmente, identificándonos con nuestro DNI.
■Por último, si crees haber sido ya víctima de uno de estos delitos o existe el nombre de alguna empresa implicado en la transacción que se te ha ofrecido, debes ponerte en manos de un abogado especializado que trate a nivel jurídico el caso.
La conjunción de estas acciones permitirá no alertar al delincuente evitando que desaparezca y que el personal del GIT contacte con los administradores de la red social o el despacho de abogados para rastrear la identidad del individuo y su actividad. Se trata de una labor ardua que puede llevar meses, pero su eficacia está probada y es importante para evitar que personas más imprudentes caigan en estos engaños.
Informacion tomada de delitosinformaticos.com
No hay comentarios: